ES El cultivo del arándano es originario del hemisferio norte (EE.UU. y Canadá), América Central, Europa y Eurasia.
Perteneciente al género Vaccinium que incluye todas las especies denominadas arándano, siendo V. myrtillus la más común en España ampliamente distribuida por el norte del país (Asturias, Galicia y País Vasco) y en la provincia de Huelva donde su producción es la mayor del país. Además esta zona es la mayor productora de Europa.
Tradicionalmente, el arándano era recolectado en su forma silvestre, sin embargo la gran demanda actual por sus excelentes propiedades organolépticas y nutritivas ha llevado a muchos agricultores a plantar este fruto pues ofrece altas rentabilidades, lo que supone que en España cada año el número de hectáreas dedicadas a su cultivo crezca significativamente.
La clave del éxito de la producción de arándanos en España es su comercialización pues goza actualmente de un alto crecimiento, disparando su facturación en torno a un 300%, posicionando al arándano junto con otros frutos rojos como sector clave en la exportación agroalimentaria de España.
Requerimientos edafoclimáticos
Existen diferentes variedades de arándanos adaptados a diferentes factores en función de su zona de producción:
El tamaño de las plantas.
La productividad de las mismas.
Los requerimientos de frío en invierno.
La época de floración y producción del fruto.
La calidad del fruto.
Clima
El arándano es un cultivo que requiere un determinado número de horas-frío (temperatura inferior a 7ºC), siendo este un factor determinante en la decisión del tipo de variedades que pueden producirse en una zona determinada. Para el desarrollo del cultivo, su rango óptimo de temperatura oscila entre 16-25ºC. Actualmente debido a la gran oferta varietal que existe, es posible el desarrollo del arándano en zonas climáticamente muy diferentes, como es el caso de las regiones del norte de España y la provincia de Huelva.
Suelo
El suelo deberá de ser de textura ligera, con buena capacidad de drenaje y abundante materia orgánica, de manera que se mantenga una humedad relativa alta aunque sin llegar al encharcamiento, sino la necesaria para el óptimo desarrollo del sistema radicular.
El pH del suelo es un factor limitante para este cultivo ya que exige valores ácidos, inferiores a 5,5 siendo el intervalo óptimo entre 4,5 y 5,5.
Cultivo en invernadero
El cultivo del arándano bajo invernadero de plástico (tipo túnel) con tecnología de control climático y un sustrato o suelo adecuado permite un mayor rendimiento y calidad del fruto.
Algunas de las ventajas que presenta el cultivo bajo invernadero son las siguientes:
Protección frente a heladas.
Protección del fruto contra pájaros y otros animales.
Manejo de malezas utilizando una cubierta de suelo adecuada.
Implementación de una estrategia eficiente de fertirrigación.
Protección utilizando una red IP específica contra pulgones, cochinillas, orugas…
El cultivo hidropónico presenta la ventaja de eliminar el suelo como factor limitante y la producción se puede optimizar para áreas con mejor clima y disponibilidad de agua.
RIEGO EN EL CULTIVO DE ARÁNDANO
Un riego adecuado en el cultivo del arándano es clave para obtener una cosecha óptima en la que los frutos sean de gran calidad, pues el tamaño del fruto está condicionado por el nivel y las oscilaciones de la humedad en el suelo, de ahí la gran importancia del riego, pero… ¿Cómo podemos saber cuál es la cantidad necesaria de este recurso?
Los requerimientos de agua deben de basarse en numerosos aspectos de su entorno como son las condiciones ambientales, las características del suelo, el estado fenológico de la planta, o las características del agua de riego entre otros.
En el caso del arándano no se necesitan caudales de agua excesivamente grandes pero si se debe de tener en cuenta que este cultivo puede ser sensible a los desequilibrios hídricos. Por ello es fundamental analizar el entorno del cultivo para llevar a cabo una programación de riegos adecuada y obtener así el rendimiento esperado. También es importante realizar un análisis de la calidad del agua de riego, dado que el arándano no tolera bien la salinidad, ni los excesos de calcio, boro o cloro. En suelos arenosos se debe aumentar la frecuencia de los riegos y disminuir su duración mientras que por el contrario en un suelo franco, los riegos pueden ser más largos y espaciados.
Esta demanda es mayor durante la época de engrosamiento y maduración del fruto, en los meses de verano cuando mayor es la evapotranspiración. Esta especie es sensible a los periodos de sequía estival, dado que sus raíces carecen de pelos absorbentes, lo que las convierte en muy propensas a deshidratarse. Por ello, las aplicaciones de riego deben de hacerse de manera que se mantenga un nivel adecuado de humedad sobre todo en los primeros 15-20 cm del suelo, pues es donde se encuentran la mayor parte de las raíces.
Con ayuda de métodos basados en la monitorización del contenido de agua en el suelo, puede conocerse la cantidad de agua a aplicar según las necesidades del cultivo y el mejor momento para su aplicación, por lo que la programación del riego resulta una herramienta muy útil para el ahorro de este recurso.
Según los especialistas el riego por goteo es el sistema más adecuado, pues se adapta a la ubicación de las raíces logrando una distribución de humedad homogénea en el perfil del suelo, evitando el exceso de agua pues el sobre riego en este cultivo puede afectar a la funcionalidad de sus raíces y producir infecciones por hongos patógenos además de aumentar el lavado de los nutrientes. Así pues, los sistemas de riego localizado permiten regar con alta frecuencia y ofrecen la posibilidad de realizar fertiirrigación, o la aplicación conjunta de agua y fertilizantes. Por ello, se recomienda el uso de goteros pinchados de 2l/h y distanciamiento entre gotero de 20-30 centímetros, así como la cinta de riego CINTAPE, ideal para pequeños frutos.